14 de noviembre de 2011

RUTA POR LA SIERRA DE MADRID (12/11/11)

Llegó el día de la sierra, la tercera etapa grande y como siempre que la cosa se complica… hay bajas, entre lesionados, cagados etc… el caso es que éramos solo 5. Antes de empezar tenemos que felicitar públicamente al “tempranillo” por tan espectacular ruta y al “Guinda” por el etapón realizado y por ganarse el puesto de líder de las blancas (único corredor blanco en realizar las tres grandes)

Habíamos quedado a las 9 de la mañana y a las 9 en punto emperezábamos lo que seria la ruta mas completa realizada hasta ahora tanto por sus terrenos, por sus rampas, por sus peligrosas bajadas y las trampas de barro puestas a las Orbea.



Empezamos por un camino ancho, el sol en lo alto y de vez en cuando teníamos que esquivar algún charco lo que no podíamos imaginar es que íbamos a tener que pasar todas las piscinas naturales de la zona. Fueron 2 Km. llenos de enormes charcos que cubrían todo el camino. En el primero y en el segundo nos bajamos para pasarlo pero al tercero… ya estábamos cansados y venga a rezar para que no cubriese… y para no caernos, haber echado un pie o el cuerpo a tierra en el paso de unos de los estanques… hubiese supuesto ganar todos los premios de golpe, además de la humillación de terminar mojado, lleno de barro y lo peor blanco de todas las risas.



Una vez pasada la primera dificultad seguimos rodando tranquilamente y disfrutando de las preciosas vistas que nos ofrecía la sierra. Llegados al Camping del Escorial surgió la primera subida importante y la sorpresa fue ver a Víctor en cabeza y marcando el ritmo de subida, con decisión y hasta arriba no como otras veces… Una vez arriba cogimos un tramo como de 2 Km. de carretera que era un autentico sube y baja. Pero las cosas están cambiando y como un equipo de verdad… a un ritmo que podríamos llamar a “toda leche” o “a to´cisco” llegamos al final de esta parte y todos juntos.


Una vez pasada la carretera nos adentramos en las dehesas, con su verde, sus toros, sus vallas, más toros, el camino pegado a los toros y sin vallas… alguno tenía hasta miedo y eso que no le dije que eran Vitorinos… La única dificultad de esta parte era tener que parar para abrir y cerrar puertas de fincas cerradas, el resto llano y para disfrutar.


Lo que aparentemente era una zona fácil… paso a ser el camino que marca las ruedas de un coche, es decir dos caminitos estrechos y llenos de barro con lo que a veces tenías que salirte del camino y tirar por la hierba… pero claro el barro resbala… el barro te frena… y que pasa cuando se unen todas las cosas?… barro + resbala + frena = Roman en el suelo y a cámara lenta… vamos que todavía estamos intentando que Pepe pare de reírse. Dentro de lo malo la suerte se alió con Roman, cerraba el grupo y eso le impide llevarse el premio “casco roto” por mayoría aplastante.

Después de un merecido descanso, llegamos a uno de los tramos más divertidos, con subidas y bajadas cortas entre encinas, para luego ir por unas pista llena de piedras que nos llevó a una larga bajada… que cuando se vio que los orbeas se juntaban en cabeza… “El tempranilllo” espero a que estuviesen pasándose el desvío correcto para avisarles que era a la derecha… jugarreta en toda regla que hizo echar humo a los frenos de las dos máquinas.

Ya en el embalse hicimos una pequeña parada para admirar las hermosas vistas, hacernos unas fotitos y esperar a que alguno fuese al baño. Empezaba otra parte de la ruta donde nos encontramos con cuatro bajadas muy técnicas y peligrosas. El aviso de peligrosas lo hago por si alguien quiere hacer la ruta, para nosotros fue como un camino asfaltado.



Una vez superado el peligro de las bajadas fuimos bordeando el embalse por un camino de  unos 40 cm, rodeado de hierbas y otra maleza (menos mal que don pinchazo estaba en casa…)   que nos llevó a la carretera que cruza el embalse, emprendíamos la vuelta y llegaban las subidas. Digo subidas cuando realmente fue una subida pero… muy muy muy larga y que narices muy muy muy empinada y ya al final del recorrido… está claro que los perfiles nos tienen manía. Pero somos S2C y lo afrontamos como una bajada… con fuerza y para arriba, Con Victor y Pepe dando una lección a las estrellitas de las marcas blancas, esas estrellitas que cuando las etapas se ponen feas se borran, se apagan se cagan. A partir de ahora los primeras marcas ya sabemos cuál es la rueda a seguir la de los hermanos Garcia-Schleck.


Como colofón de ruta y ante el peligro de presentarnos en casa y meter en el coche las bicis con la mitad del barro de la sierra (de la otra mitad una parte importante la llevaba Roman después de su revolcón pon el prado) decidimos lavarlas mientras saboreamos la cerveza de la victoria, ya que todos ganamos al poder disfrutar de una mañana de ciclismo de altísimo nivel.



Intentaremos que la próxima salida sea de unos 5 km y muy llana para ver si nos podemos juntar todos  y si es necesario bajarla a 3 km se baja, ya os informaremos.